BIG ONE relalizado por David Flores

Tras un nuevo temporal de frío y nieve, que azotó la Península Ibérica a primeros de semana, no pude con las ganas que tenia de volverme a embarcarme en una nueva aventura de pesca tras un buen ejemplar de lucio. Era hora de ponerse manos a la obra y trabajar en esta nueva sesión.

En esta ocasión me acompañaron Agustín Sañudo y Javier Navacerrada. La sesión sería de unas pocas horas y desde orilla. Entre ambos intentamos “analizar” la meteorología que iba a hacer antes del día D, para posteriormente escudillar como afectaría al comportamiento de los peces y a su localización.

Llegado el día D a la hora H, nos encontrábamos en la zona elegida. Una gran recula con reculas secundarias alimentadas por arroyos. Zonas someras en forma de playazos que estaban delimitadas por zonas con fuertes desniveles y cobertura en forma de estructuras de pizarras, un magnifico campo de juego para buscar emociones fuertes.

Empezamos a “quemar” orilla con diferentes señuelos, acciones y velocidades, desde unos swimbaits hasta los archiconocidos jerkbaits. Teníamos que localizar a los peces y ver el grado de actividad que tenian. En los inicios de la sesión la actividad era cero y la presencia del escocido nula, hubo un momento donde pensamos que quizá la zona elegida no fue la adecuada. Pese a la claridad del agua y el cielo nublado, nuestro querido amigo no quería hacer acto de presencia.

Tras unos cientos de metros recorridos y otros tantos de lances, llegamos a un playazo de hierba salpicado con pequeñas piedras y con el agua algo tomada. Este pantano en cualquier momento te sorprende y de la nada surgió una gran boca que hizo desaparecer el swimbait de Javi. Tras un bonito lance, digno de cualquier video de pesca made in USA, pudo hacerse con un gran ejemplar. Foto de rigor y lucio devuelto al agua en perfectas condiciones, claves de un buen trabajo.



Por fin, llego la primera picada, que hizo subir el ánimo del grupo. Con los ánimos TOP, parece que uno mueve mejor los swimbaits y poco a poco pequeños machos fueron amenizando la mañana.







Estando trabajando con diversos lances en forma de “golosinas japonesas” en un puntal, llego Agustín y ataco una playa que tenía a mi derecha y que antes de que lanzara ambos coincidimos en las sensaciones tan buenas que nos daba esa zona. Fue lanzar su jerk y tras dos toques de puntera se le doblo la caña y se hizo el silencio. No dude ni un instante en ir en su ayuda y ver como se hacia con otra gran lucia. Nunca antes había visto al “viejo roquero” tan callado mientras trabajaba al lucio con la ayuda del freno de su Calcutta. Tras arrimarlo la orilla y asegurar su captura, Agustín rompió el silencio de la mañana con un gran grito de alegría. Por fin había conseguido un gran ejemplar en estas aguas. Ya habíamos conseguido 2 grandes lucios y unos cuantos machitos de pequeños tamaños, la sesión estaba siendo muy fructífera, pero queríamos “rizar el rizo”.



Durante el transcurso de la tarde no paraba de darme vueltas por la cabeza la idea que en cualquier momento se me iba abrir la puerta de la suerte y poder tener al otro lado de la línea un gran ejemplar. Tras recorrer una zona con actividad cero, llegue a un estrechamiento producido por una pequeña isla que había surgido por la subía del nivel de las aguas esa misma semana. Playazo de hierba recién inundada, paso natural de peces, zonas profundas cercanas…si no era aquí, donde seria sino. Realice un lance hacia la isla y empecé a mover mi Silent Killer Tunning muy despacito. Tras unos segundos de recogida ví aparecer mi swimbait seguido a la corta distancia de un lucio de unos 2-3 kg, el cual al ver mi presencia volvió a su postura. No me lo podía creer, otro lucio pequeño en este enclave inigualable. Volví a repetir el lance en busca de la posible presencia de su “novia” y tras 3 vueltas de manivela de mi Abu García Revo Toro Winch el señuelo se paro en seco y note la típica sacudida al otro lado de la línea que me hizo clavar en modo Jeremyyyyyy. Increíble, lo que había al otro lado de la línea no lo movía, realice unos pasos laterales intentando salvar el posible enganche, pero dentro de mí sabia que no había enganche posible, estaba todo limpio, lo que sí que había al otro lado de la línea era algo grande. Tras unos unos segundos que se me hicieron eternos el pez arranco e hizo doblar mi St. Croix Mojo Bass especial Swim Bait como nunca. Trabajando el pez con la caña y con la ayuda del freno hice sacar de “las tinieblas” algo muy grande. En ese momento apareció Javi me ayudo en acabar el trabajo y conseguir capturar un esplendido ejemplar. Fue un momento grande y que llevaba persiguiendo desde finales de diciembre y en la octava salida logre enseñar mas dientes que este “big mamma”.





Desde esta entrada, quería agradecer tanto a Roberto Murillo (Guadiana Boats) como a Ernesto Mosqueda (Deportes Moya)por su inestimable ayuda, tanto en la parte técnica como en la parte del conocimiento de la aguas. Magníficos pescadores y sobre todo mucho mejores personas y amigos, grande chicos ¡!!

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Firmado:
David Flores
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